Cuando por fin el trabajo con el que siempre se ha soñado aparece, no hay límites para la preparación con tal de obtenerlo, la presentación personal, los conocimientos y la experiencia parecen insuficientes entre tantos candidatos que pueden ser más o menos aptos para la vacante. Entonces se puede caer en la exageración o simplemente en mentir.
No significa mentir descaradamente, se puede “maquillar” un poco el currículo para que resulte más atractivo para los reclutadores. Fuera de cualquier situación ética por la que no debería recomendarse, no debe olvidarse que la experiencia de detectar candidatos mentirosos es realmente grande y en muy raras veces tienden a equivocarse.
Una de las mentiras más comunes del currículo es la edad, en las descripciones de las plazas se detalla el mínimo o el máximo de años para poder ser candidato; algunas personas con mucha facilidad pueden aparentar mayor o menor edad por lo que pueden alterar los datos olvidando que los documentos de identidad no coinciden y detectar este engaño puede finalizar cualquier proceso de empleo.
Debe añadirse referencias personales y profesionales verdaderas al currículum, en algunos casos queda a criterio del entrevistador o la gente de recursos humanos contactarles y confirmar las recomendaciones; en muchas ocasiones ha ocurrido que la persona impresiona al entrevistador pero a la hora de llamar a sus ex jefes, una mala recomendación o una falsa recomendación puede dejar fuera al más brillante futuro empleado.
Es posible que se logre la plaza deseada basada en mentiritas “blancas”, pero tarde o temprano alguien puede descubrir y en el peor de los casos despedir a la persona, sobre todo si se añaden más años de experiencia a un trabajo realizado y en la práctica esto no se vea reflejado, el empleado estará en constante evaluación mientras permanezca en el puesto. Si la experiencia es limitada y distribuida en varios trabajos debe prepararse una respuesta positiva que aleje de la mente del entrevistador que se trata de una persona inestable laboralmente hablando.
Otra exageración que suele presentarse en las hojas de vida son los niveles de conocimiento de otros idiomas, programas de computación o cursos adicionales; si se coloca que se conoce el 90% de Inglés cuando en realidad apenas se conocen unos cuantos términos del idioma, si se miente en esta parte, la empresa puede asumir que la inducción en este caso será menor y cuando llegue el momento de demostrarlo puede ser motivo de despedido. El entrevistador incluso puede aprovechar y sin aviso cambiar la entrevista de español a inglés.
Antes de pensar en mentir en el currículo debe pensarse más en la vergüenza que podría ocasionar verse descubierto en un engaño y no solo quedar mal en esa oportunidad sino ganarse una mala reputación para el resto de la carrera laboral.
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Autor: Tecoloco.com

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