Cuando nos concentramos

marzo 6, 2009 10:35 by Tecoloco.com

El hacer empresa ahora demanda que el dirigente tenga mucho más claro cuál es su proyecto de futuro y que gobierne con él a su organización.

Para lograrlo tiene que hacer uso de su visión y de su voluntad, liderando con realismo y apertura, con gran pragmatismo y con sentido de futuro.

Su proyecto ha de ser claro y compartido con su gente clave al menos, pero también debe estar abierto para reorientar la estrategia cuando las condiciones varían.

Nos hemos encontrado con varios empresarios cuyos negocios han perdido relevancia o claridad. Algunos siguen creciendo, y aún ganan dinero, pero saben que les falta redefinir el rumbo y rediseñar nuevos modelos de negocio.

Otros cuentan con exitosas ecuaciones comerciales, pero sus esquemas de propiedad o de gobierno ya no responden a los que la organización requiere. Otros más sí cuentan con ofertas competitivas superiores y con formatos de gobierno y propiedad funcionales, pero sus organizaciones y sistemas precisan de profundo rediseño.

El empresario necesita contar con un proyecto de crecimiento que vaya incluso más allá que sus negocios actuales.

Veamos los casos concretos:

Un mayorista cuyo negocio llegó a vender más de 400 millones de dólares ahora tiene que reinventar su estrategia competitiva. Un detallista que decide multiplicar su modelo de tienda y montar 100 unidades de negocio después de haberse dedicado al mayoreo.

Una empresaria que opera algunas tiendas en su ciudad con un esquema original y exitoso, pero no sabe si quiere multiplicarlo en gran escala ni cómo hacerlo.

Dos hermanos muy talentosos que perdieron la capacidad de complementarse y que se desgastan continuamente en desacreditarse el uno al otro. Un agente aduanal que ha conquistado el liderazgo en sus mercados y que ahora se cuestiona cuál es su mejor oportunidad de crecimiento y su proyecto de futuro.

Todos quieren crecer, tienen talento, voluntad y experiencias exitosas. El camino parece confuso, las posibilidades son muchas. Las mejores alternativas son aquellas que nos permiten conquistar y mantener posiciones de liderazgo en el mercado, avanzar con sincronía y operar con altos rendimientos. Las conclusiones son contundentes, las directrices son claras; ahora sólo falta apertura y creatividad, y actuar en consecuencia.

Cuando nuestra empresa se mantiene enfocada, avanzando por caminos de liderazgo en mercados fértiles, con una sinérgica fórmula de gobierno y mediciones y exigencias rigurosas de los procesos y recursos clave, el crecimiento sano ocurre casi irremediablemente, no hay pierde. Lo demás son minucias.

¿Por qué entonces la mayoría de los negocios no crece sanamente? Son las fuerzas dispersantes las que nos sacan de la jugada, las que nos distraen y consumen nuestras energías. Los empresarios son los responsables de conducir a los suyos por caminos de concentración, por vías donde se obtenga el máximo provecho de los propios talentos y recursos.

El ritmo de cambio, implacable, potencia la intensidad y frecuencia de la dispersión. La cadencia de éstas es irregularidad creciente, no tiene pausa. Cuando no nos dispersamos en el mercado, lo hacemos en la organización, y si no, en nuestra operación. Y nuestra tarea es volver a encontrar el camino de concentración. El mundo no se estabilizará. Nuestra tarea será cada vez más interesante... y más retadora. Nos concentraremos ahora... para mañana volver a dispersarnos... No se vale rendirse.

 

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Autor: Tecoloco.com

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Categories: Crecimiento profesional

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